Bronco, se presento en la Arena Ciudad de México, dónde la fiesta musical ante más de 20 mil personas inició con sus primeros sencillos Adoro y Libros tontos. “Toda la Arena nos convertimos en niños para ser felices”, pedía Lupe Esparza. Los fans, de pie, y brincando para cantar juntos El sheriff de chocolate y recordar al público que “Bronco te canta con el alma y todo el corazón”. Después de 14 minutos, las canciones para los enamorados comenzaron a sonar. Ellos y ellas en las filas abrazándose mientras tocaban Quiéreme y Corazón Bandido. Guadalupe, René, Jose Adán, Arsenio y Javier, uno por uno comenzó a agradecer la oportunidad de escuchar a “la nueva sangre de Bronco”, conformada por los hijos del vocalista principal. A las 23 horas, Ana Barbara “al ritmo de Bronco” apareció en el escenario. La invitada que viajó desde Los Ángeles, California cantaba micrófono con micrófono Amor Perfecto y Mi corazón. “Con tanta porqueria que de repente vemos, dice uno, Bronco es como una luz de esperanza en la música mexicana”, precisó la compositora potosina.
El ambiente de nostalgia y alegría permaneció con Amigo Bronco para honrar la memoria de José Luis Villarreal, el Choche, quien habría fungido como baterista principal de la agrupación desde sus inicios y hasta 2012 que murió por complicaciones de cirrosis hepática. “Se nos ocurrió invitar a un Bronco que ya no está con nosotros pero sí está con nosotros”, dijo mientras cientos de sombreros texanos aplaudían y gritaban “Choche”. Minutos más tarde, “El Tri, con Bronco no puede ser, pues si es”, comentó Lupe para presentar a su segundo invitado especial de música de rock mexicana que entonarian “Que no quede huella” y “Piedras Rodantes”. -¿Estamos siendo felices?, preguntó Alejandro Lora. Un grito daba la respuesta para celebrar la unión del rock y la musica regional mexicana. “Porque la historia de Bronco no muere y sigue haciendo capítulos nuevos”. En el escenario los éxitos Si te vuelves a enamorar, Sergio el Bailador, Oro y Los Castigados ponían de pie a los fans. Después de tres horas y media, el espectáculo de Soltando los caballos concluyó con lo que la agrupación catalogó cómo “uno de nuestros mejores conciertos que hemos dado en toda nuestra carrera”.